El libro de la felicidad / Poema 8 / No hay ningún principio
No hay ningún principio en el comienzo.
(Se comienza igual en todas partes, con poca cosa.)
Queda la historia con sus rimeros de papeles viejos.
La tristeza de un otoño anticipado en los alcorques.
Las respuestas que quedan suspendidas en la tarde.
(Se vive igual en todas partes, con harta dificultad.)
Resquemores que vuelven a encender los ocasos.
Silencios tan preñados de palabras que aturden.
Aturden esta miseria vana que acompaña la tristeza.
(En todas partes se muere de una misma forma.)
Palabras y silencios para vestir la desnudez del alba.
La desnudez de tus manos que enarbolan banderas
Al arreciar la lluvia en los surcos del tiempo. Solo
Queda por esclarecer el último misterio: el cuerpo
Que aquí entibia la ausencia que crece como maleza.
(Frenesí de la naturaleza que sobrevive al sacrificio
Y a la hecatombe con un esplendor furtivo de oros.)