La página de la felicidad / Poema 7 / Cuando comienza la madrugada
Cuando regreso de conocer la ciudad, como si viviese otras vidas en su interior de bronce, me gusta atravesar el vestíbulo de la noche y cerrar tras de mis pasos la puerta de la habitación. Prender la luz y descorrer las pesadas cortinas para que ilumine la luna la piel de plata bruñida bajo el resplandor de las velas. Cuando regreso de ese olvido pertinaz como la sequía sobre los campos abrasados por el sol, me gusta sentir el frío de las baldosas de linóleo bajo la planta del pie. Como una estatua miro de frente el porvenir que me aguarda bajo el luto de las manzanas. Mis palabras vuelven a ser tuyas, imágenes fugitivas que se derraman como pétalos de lirios sobre los pastos violetas que se vislumbran al comenzar la madrugada. Como una estatua alzada sobre noble pedestal, así renace el clamor del mar.