La página de la felicidad / Poema 9 / Privatizar lo público
He decidido dejar para otro momento la rumia de la tristeza, de la pena que enturbia la claridad de la mañana. Puedo dejar para otro día el balance de cualquier pérdida o desengaño. El cansancio, el deterioro, las privaciones, el hartazgo… hasta las ganas de protestar puedo aparcarlas en el arcén donde yacen y se cosifican las cosas muertas. Abro paréntesis para colocar dentro de ellos los cachivaches - el dolor, el frío y la resignación-. Sí, lo he decido ahora; tal vez como acto reflejo. Si hojeo los periódicos, deshecho de inmediato la infamia. El poder siempre es de los que roban o de los que no tienen la conciencia tranquila. Aguas fecales, fosas sépticas, el poder. Asusta escuchar a los tertulianos defender las políticas que privatizan lo que es de todos. Gestión privada de la sanidad pública. ¡Ja!