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La poesía de Carlos Manrique Un blog dedicado exclusivamente a la creación poética de su autor y al comentario de la producción poética de otros escritores.

Páginas de poesía. Los novelistas.

Carlos Manrique Rincón

 

6/ Antonio Manzini / Polvo y sombra / Ed. Salamandra / 2020 / 384 páginas

Polvo y sombra es el sexto volumen de una serie de novela policíaca del escritor Antonio Manzini. Para mí, que lo edite Salamandra es una garantía de calidad. No soy amante del género y tal vez por ello, y por haberlo leído en circunstancias poco propicias, expliquen que la historia no me haya atrapado. Está bien para llevártelo a la playa pero ni sus personajes ni su trama me han interesado especialmente.

Como en toda novela policiaca, el tipo de narrador utilizado es el deficiente, es decir, el que sabe menos acerca de los personajes y de la trama que los propios personajes o el mismo lector. Esto qué duda cabe genera incertidumbre y desconfianza pues no podemos dar por verdadero todo lo que se dice o se cuenta ya que hay que considerar desde qué personaje y desde qué circunstancias se focalizan los hechos narrados.

Rocco Schiavone es un subjefe de policía al que le han quitado su despacho como represalia por su actuación en un caso acaecido anteriormente. La acción transcurre en Aosta, junto al pie de los Alpes, de ahí la denominación del nombre de la región, Piamonte (en el pie del monte, etimológicamente). A orilla de un río de aguas cristalinas aparece boca abajo el cadáver de una transexual que ha sido asesinado por asfixia.

A partir de ese momento, la novela avanza presentando personajes según avanza la trama y situaciones que en pequeños flashback muestran el pasado atormentado del detective, quien vivía felizmente con su esposa y un grupo de amigos, quienes lo ayudan en su actividad como confidentes y espías.

El detective vive solo y su única compañía es un cachorro de nombre Loba. También entabla una relación de amistad con un adolescente vecino suyo, quien va mal en los estudios, cuya madre casi siempre está ausente por motivos de trabajo en Turín o Milán. Este adolescente sufre acoso escolar. El detective le da consejos para enfrentarse a sus acosadores, incluso acude a reuniones con el equipo directivo puesto que la madre no se ocupa en absoluto de su hijo. Es una relación entrañable pero poco explotada en la novela.

No obstante, la participación de este personaje en la novela es clave para desentrañar el final de la investigación del caso al que las autoridades quieren echar tierra, mantenerlo en sordina, pues de salir el caso a la luz pública se verían involucrados personajes relevantes de la vida política. De que eso no suceda se ocupan los servicios secretos, quienes actúan al margen de Rocco Schiavone.

El nudo gordiano de la trama trata de desvelar las cloacas del Estado y sus servicios secretos, un poco al modo de la Policía Patriótica del ministro popular Fernández Díaz o los GAL de los tiempos de los gobiernos socialistas de Felipe González. Ese pudridero que al dar por buenos métodos ilegales e inconstitucionales infectan y contaminan todo cuanto tocan.

El hilo conductor de esta investigación criminal está a cargo de Rocco Schiavone y, como en la estructura de El árbol de la ciencia, el resto de personajes aparece y desaparece en función de que el foco esté puesto sobre las actuaciones del detective. Ahí es donde encuentro que la novela flojea. Los personajes son planos y están escasamente descritos y aparecen cuando el narrador los necesita para hacer avanzar la trama; en ese sentido me resulta una novela, como todas las de este género, tramposa con los lectores.

Su prosa es neutra, informativa, escasamente lírica. Los diálogos son convencionales, destacando si acaso el uso de la ironía, el sarcasmo y los usos dialectales del italiano, que si no es el normativo, dificulta enormemente la comunicación entre hablantes de distintas regiones de la península itálica.

Me ha gustado la defensa de los valores democráticos, de igualdad y de tolerancia, de respeto hacia las minorías y la defensa de los migrantes y de todos esos habitantes de las suburbios de las grandes ciudades de la vieja Europa.

Justo cuando comienza a resolverse el caso –o los casos- que investiga el detective Rocco, quien se siente vigilado, adiviné la identidad del topo, y eso restó también interés y participación activa en la lectura. Malo si el lector intuye los derroteros que va a seguir el cierre de la novela y si la intuición termina siendo certeza. Tal vez estamos demasiado leídos y hemos visto mucho cine y televisión para que algo o alguien nos resulten novedosos y nos dejen con ganas de seguir leyendo. No ha sido mi caso.

Este verano he leído también otra novela de este tipo de Marta Sainz y me pasó más o menos lo mismo. Su prosa me pareció más elaborada, más rica, más barroca pero la historia tampoco me sedujo.

La entrevista que vi en el programa Página 2 con su autor me hizo interesarme por la novela recién editada en España pero no está a la altura de otros autores como Elena Ferrante, Baricco, Veronesi y muchos otros más.

 

 

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